Nuestro colegio ha participado en el programa ‘Testimonio Directo de las Víctimas del Terrorismo en centros docentes’, para lo que cuenta con la colaboración de la Consejería de Educación y el Ministerio del Interior. Esta actividad, que viene organizándose en toda la Comunidad desde el curso 2017/2018, ha tenido hasta el momento una participación de 1.700 alumnos de 31 centros docentes de las provincias de Burgos, Salamanca y Valladolid.
Tras una calificación excelente de la actividad y considerada una experiencia altamente enriquecedora, el proyecto se extiende al curso 2022/2023, ofreciéndose en todas las provincias de Castilla y León y con la participación total de 46 centros. El proyecto se enmarca en el currículo básico de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato y tiene como finalidad contribuir al desarrollo de la competencia global y ciudadana en una sociedad democrática y la prevención de radicalismos violentos a través del conocimiento del terrorismo en España y sus consecuencias.
Como comprometió el consejero al inicio de la legislatura, la Consejería de la Presidencia se marca como objetivo consolidar la acción pública en pro del bienestar de las víctimas de la Comunidad, una meta que tiene entre sus acciones este programa que acerca el testimonio de las víctimas a los jóvenes. “Trabajar este tema en el currículo educativo es fundamental para la formación en la defensa de los derechos humanos, los derechos contenidos en la Constitución y el Estatuto de Autonomía y los valores democráticos como verdadero instrumento de la lucha contra el terrorismo”.
La actividad, de una hora de duración, consta de una charla ofrecida por víctimas del terrorismo y del posterior diálogo con los alumnos. El programa está dirigido fundamentalmente a los alumnos de 4º de ESO, y se vincula con las asignaturas de Geografía e Historia e Historia, respectivamente, en cuyos currículos están incluidos el estudio del terrorismo en España.
En esta ocasión, la charla en nuestro centro ha sido ofrecida por Pedro Samuel Martín con un testimonio muy cercano al horror del terrorismo tras haber sufrido un atentado a manos de ETA y haber salido con vida del mismo:
«El 16 de marzo de 1.991 me impusieron ser víctima del terrorismo cuando tenía 25 años, y a la vez impusieron la fecha en la que tenía que morir mi amigo y compañero Luis Aragó Guillén. Ese día, a las 15,55 horas, cuando regresábamos de comer del restaurante La Espuela, en el barrio de Eguía de la capital guipuzcoana, frente al campo de fútbol del paseo Txibili de este barrio y parte posterior del cementerio de Polloe, explotó una nevera de camping de plástico de color verde, adosada a una farola con cadenas. Estaba compuesta por diez kilos de amonal y metralla, consistente en varillas metálicas y rodamientos. Fueron los terroristas del Comando Donosti, desde el Cementerio de Polloe, y utilizando el sistema de iniciación por radio-control, quienes activaron dicho explosivo, al paso obligado del coche para ir a nuestro destino, el acuartelamiento de Inchaurrondo. Recuerdo que iba hablando con Luis, mi compañero, cuando de repente todo se quedó en blanco para mí, un pitido intenso en mis oídos, y mi puerta, la del conductor, se abrió a 180 grados por la presión de la onda expansiva. Desde el impacto hasta que el coche paró, transcurrieron unos segundos y el impacto de la bomba nos lanzó a unos cuarenta metros».
Es el estremecedor testimonio de Pedro Samuel Martín García, una de las más de 40 víctimas salmantinas de la violencia de ETA, que en la actualidad es conocido por su labor política como alcalde de Carbajosa de la Sagrada, donde cumple su tercera legislatura consecutiva.