POEMAS AL VUELO

Frecuentemente se quejan los alumnos de que estudian cosas que poco tienen que ver con la vida. Recuerdo una columna antigua de Juan José Millás en la que, con su característico sentido del humor, se preguntaba si estos escolares no utilizan los tiempos verbales para referirse a lo que comen, por ejemplo; o no son el amor o sus deseos o sueños  inquietudes constantes; si no unen las palabras que forman sus conversaciones con preposiciones o conjunciones; si no les preocupa su futuro. Pues bien, todo esto constituye la materia prima de las clases de lengua y literatura.

Por si nos hemos quedado un poco trasnochados en nuestros pocos saberes, algunos profesores de esta disciplina participamos en clubs de lectura, donde compartimos nuestras opiniones sobre libros y autores, antiguos y contemporáneos, con gente que no tiene más en común con nosotros que el gusto por la palabra escrita, bien escrita. Es decir, gente que no pasa sus días en las aulas y que, sin embargo, disfruta reflexionando sobre los temas que preocupan a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, sea cual sea su profesión.

La fundación Princesa de Asturias invita a  estas personas interesadas en la literatura a escuchar a quienes reciben sus premios. Durante una semana la ciudad asturiana bulle con estos premios (se llama  “la Semana de los Premios”); adorna incluso las puertas de los bares con fragmentos impresos de obras literarias, por ejemplo del Cántico Espiritual (¡que ya es decir!) Porque  así estamos hechos los seres humanos, de materia y espíritu.

El Palacio de Congresos y Exposiciones de Oviedo acogió   el 17 de octubre a Adam Zagajewski, premio Princesa de las Letras 2017, ante  115 clubs de lectura, venidos de toda España. Esta fue nuestra entrada

El acto comenzó con unas palabras de la directora de la Fundación Princesa, Teresa Sanjurjo, dirigidas a los 1500 lectores presentes:”Dais  sentido a lo que hacemos. Hacéis sociedad, ciudadanía y cultura”.

Mientras el escritor subía al escenario, recibió un estupendo aplauso. Lo aceptó con una ligera reverencia, uniendo sus manos. Algunos gestos definen actitudes, modos de estar en la vida. También la literatura afina estas sensibilidades.

El entrevistador, Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes fue llevando al autor desde su ciudad natal, Lvóv, a Cracovia, Paris, Houston… en un recorrido por su vida y obra literaria; sus gustos poéticos, sus intereses…Así conocimos su opinión sobre la  música (“variante de la poesía, la música se expresa directamente, no necesita traducción”); su conocimiento del jazz, de la música clásica. Esta es la razón de ser de algunos de sus poemas: Gospels, La muerte del pianista, Un pequeño vals.

Se expresó  acerca de su afición por la pintura, particularmente los pintores holandeses , Vermeer.(Pintores holandeses es otro poema)

Y también  sobre España: comentó acerca de Miró, Picasso; no dudó al hablar de su cercanía con Machado, quien ha sido para él una revelación.

La Fundación le ofreció un vídeo en el que distintos miembros de los clubes leían uno de sus poemas, Campanas.

Por fin,  la lectura de cuatro poemas de Asimetría, su último libro publicado; en español lo hizo Fernando Beltrán, poeta asturiano, y en polaco, el propio autor. Resultó particularmente emotivo Concurso, en el que   homenajea  a la mujer en la figura de su madre.

Con un gesto, como el tono de voz, siempre humilde, sereno, austero recibió el aplauso largo. Y firmó ejemplares de sus libros a quienes se acercaron a pedírselo.

Los asistentes pudimos colaborar en la elaboración de “cadáver exquisito”, mediante la selección de un verso de nuestro agrado.

De este día recordaré el gusto de escuchar a quien concibe la poesía como el arte de intentar lo imposible; quien practica que escribir poesía no es solo hacerlo sobre el enamoramiento sino un intento de comprender el mundo en su totalidad .La complacencia de escuchar a quien compone y lee sus textos en su lengua materna, aunque domina el francés y el inglés; porque, como manifiesta en uno de sus ensayos(“Escribir en polaco”):” Escribir en polaco quiere decir también asumir la complicada herencia  de la historia de Polonia”. Es decir, que en nuestra lengua llevamos a nuestros antepasados; y a través de ella compartimos toda su riqueza cultural. El disfrute de recibir las enseñanzas de quien ha comprendido que de las catástrofes de la guerra, de la pérdida de su ciudad natal…puede obtener algún provecho. En fin, de quien opina que:”Después del fin del mundo, hay que vivir como si no hubiera pasado nada. Es preciso recordar lo que ha ocurrido y pensar en lo que ocurrirá, pero hay que vivir como si no hubiera pasado nada. Dar largos paseos. Contemplar la puesta de sol. Creer en Dios. Leer poesías. Escribir poesías. Escuchar música. Ayudar al prójimo. Hacer la pascua a los tiranos. Alegrarse del amor y llorar la muerte. Como si no hubiera pasado nada”

¿Esto  tiene poco que ver con la vida? ¡¿Cómo no vamos a querer enseñar Literatura a nuestros alumnos?!

Teresa Esteban

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