Este año hemos empezado a trabajar el lema es “Enredados por un mismo sueño”. ¿De dónde viene esta frase? Vamos a hacer memoria.
Os invitamos a que os trasladéis al año 1871, 8 de diciembre, Salamanca.
Esa mañana, una mujer de veintiséis años iba a cambiar el destino de mucha gente. Trajo pocas cosas en su maleta y su corazón lleno de deseos, especialmente, el sueño de cambiar las cosas que estaban mal en el mundo.
Tuvo que tomar muchas decisiones antes de llegar a Salamanca. Recordemos lo que vivió en su niñez en Andoain y en Tolosa. Ya en su adolescencia se fue a Burgos a servir en una casa para colaborar en los ingresos de su familia. Renunció a la propuesta de casarse con un chico de Tolosa que era adinerado. Y así, fue tomando un montón de decisiones hasta que en en Valladolid sintió algo especial en relación con Dios.
Hacía años que se estaba tejiendo el sueño de Dios con el suyo.
Sabéis que siempre fue sensible especialmente fijaba su mirada en los que sufrían.
Así, en muchos momentos fue viendo cada vez más claro que Dios le invitaba a fundar una congregación, sobre todo para educar a niños y jóvenes de un modo cristiano.
No le fue fácil tomar esa decisión ni tampoco los comienzos fueron fáciles. Ella en algunos momentos sintió miedo y bastante vértigo, porque se sentía muy pequeña para un proyecto tan grande.
La M. Cándida buscó a otras compañeras para este proyecto y así nació la Congregación de las Hijas de Jesús. El sueño de las primeras Hijas de Jesús fue contribuir para que el mundo fuera más humano, solidario, justo…que cada uno descubriera sus dones y cualidades y que los pusiera al servicio de los demás. Que hubiera sitio para todos.
En definitiva, su sueño era actuar en el día a día como lo haría Jesús de Nazaret. Parecerse a Él. Y se puso a trabajar en ello desenredando todo lo que pudiera impedir la FELICIDAD.
Esa historia no es pasado, la Madre Cándida sigue estando presente y nosotros, como Comunidad Educativa, seguimos unidos a su sueño. A lo largo de los cien años que lleva nuestro colegio “Sagrado Corazón” muchas personas han vivido y aprendido muchas cosas que les han ayudado en su vida. Los valores como la solidaridad, la acogida, el compromiso, la alegría se han vivido con fuerza.