Dice un proverbio chino: «Si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces por dos lustros, planta árboles. Pero si los haces para toda la vida, educa a una persona«.
Y eso es a lo que nos has entregado Ángela, con intensidad y vocación, a lo largo de toda tu vida profesional: a educar no a una sola persona, sino a cientos y cientos de niños y jóvenes que hoy en día son en gran parte lo que les has hecho de ellos: unas personas educadas en conocimientos y habilidades, pero también en valores cristianos, de justicia, de solidaridad, de tolerancia y de respeto hacia sus semejantes, principios que definen lo más íntimo de los colegios de Fundación Educativa Jesuitinas y que marcan nuestras relaciones con el exterior.
Y por eso hoy, desde el colegio queremos expresarte nuestro agradecimiento y desearte suerte en la nueva etapa que ahora inicias en la vida, alejada del bullicio de las aulas.
Una etapa de actividad, porque una maestra sigue siéndolo siempre. Porque una maestra nunca se jubila. Porque una maestra se perpetúa en sus alumnos, en sus discípulos.
¡Gracias Ángela por por haber sido lo que querías ser: una maestra de verdad, con todas las letras.!