CELEBRACIÓN DEL ADVIENTO

…porque sé de quién me he fiado (2 Timoteo 1 , 12)

El claustro de profesores de Jesuitinas Salamanca hemos celebrado el comienzo del Adviento. Un tiempo de espera y preparación para la celebración del nacimiento de Jesús.  Un momento para detenernos y dejar que nuestro corazón se ilumine y renueve, con el ejemplo de María.

 

Esta pequeña celebración tenía por titulo «Adviento: Yo nos soy tonto«, utilizando una famosa frase de una superficie comercial. Sabemos en quién y en cómo confiamos. Lo vemos con nuestra familia o con nuestros compañeros y amigos. Confiamos en ellos. Sabemos que no nos fallarán… y si nos fallan, sabemos que siempre podemos retomar la relación (porque para algo existe el perdón y la misericordia). Dios confía plenamente en nosotros , de quien se siente fascinado, y nos ofrece, día a día, una oportunidad para caminar con él, para dejarnos guiar por él (como buen GPS), para tener experiencia de su ternura y su comprensión. Eso es lo que celebramos en el Adviento: que Dios mismo se prepara para caminar con nosotros… que Dios nos crea Propensos a la misericordia

Dios se pone en camino, pero no tirando de nosotros. Él se adapta a nuestro paso, confiando en que, poco a poco, vayamos tomando un buen ritmo: el ritmo del corazón . Es ahí donde hacemos experiencia de la ternura de Dios y de su cercanía. Es ahí donde buscamos las experiencias verdaderas. Es ahí donde prescindimos de todo lo artificial (como de las luces de Navidad y los mensajes y anuncios que intentan vendernos felicidad barata y pasajera) y vamos a lo esencial de las cosas. Ese será el mejor regalo que tendremos al finalizar el adviento que comenzamos: Dios se acerca irremediablemente al hombre, fascinado por nosotros. Es Él el que nos repite al oído, susurrando: “Yo sé que TÚ NO ERES TONTO. Sabes bien de quien te has fiado”.